Déjame estremecerme entre tus brazos y volar con cada beso que me das.
Déjame apoyarme en tu hombro y secar mis lagrimas unas de felicidad, otras menos oportunas.
Déjame ser una en un millón, déjame sentirte eternamente y enamorarte cada dia, como si fuera la primera vez que me observas.
Déjame ser aquella que sustituya tus lágrimas por una dulce sonrisa.
Déjame contemplarte y temblar al desbordar todos estos sentidos que haces explotar.
Déjame explorar todos tus estados y enamorarme de todos ellos.
Déjame restarle importancia al tiempo, si estas presente.
Déjame expresarte con una sola mirada, lo enamorada que esta mi alma……
Déjame convertirme en tu única adicción, en tu única ilusión, ser solo tu tema del corazón.
El atrevimiento de tus besos, hace añicos mi existir, un mismo destino nos unió, todo nace del corazón, un aferro a no morir, mi razón con amor no me hacen coincidir, eres el remedio a la burbuja en la que decidí vivir, y finalmente comprendí que ingenuo mi corazón, necesitaba más que alcohol, pues tu ausencia era mi razón el enigma más grande de mi existir era ese amor que jamás me di cuenta descubrí.
Jean Batiste Poquelin